Los emprendedores somos, en esencia, seres optimistas. Pero, para no caer en un “exceso de optimismo”, es bueno ir a las fuentes y recabar datos que nos lleven a tener un punto de vista más racional. En esa dirección, hay síntomas de que este paciente que es la economía argentina está respondiendo al tratamiento administrado por el Gobierno. ¿Esto significa que estamos bien, que lo malo pasó? Para nada. Pero sí se puede apreciar que las tendencias van cambiando y las series ya no son a la baja como hasta ahora.
Por eso, la nueva duda en el inconsciente popular radica en el siguiente interrogante: ¿el crecimiento tan esperado se dará en el final de este año o a principios del próximo?
La imperiosa necesidad de mirar el vaso medio lleno se apoya en los siguientes indicadores: la inflación parece no ser más un problema central. Al porcentaje en descenso de julio, se suma un estimado para agosto que estará entre el 1 y 1,5%. Como sabemos, la inflación en caída tenderá a mejorar la situación general. La baja de tasas de interés propuesta por el Banco Central (Lebacs a 35 días de plazo bajó a 27.75%) es otra se- ñal de que la economía comienza a reactivarse. En julio ya se había observado que el consumo dejó de caer, sobre todo en alimentos y bebidas, un rubro muy sensible.
Hay indicios de sectores con algunos síntomas de recuperación, por ejemplo, el de la construcción. Los despachos de cemento en el mercado interno registraron una suba interanual en agosto del 6.7%, siendo el primer dato positivo desde principios de año. El reinicio de obras públicas y los nuevos planes de infraestructura, sumado a un abanico ampliado de créditos hipotecarios y un posible efecto derrame del blanqueo de capitales, emergen como las principales luces para esclarecer lo que viene. En el sector automotriz también se registraron datos alentadores. En agosto, el patentamiento de autos subió un 21% interanual, un 13.5% el de motos y un 4.8% el de camiones.
Analizando la balanza comercial con Brasil, notamos que por primera vez en 35 meses aumentó el intercambio, creciendo el comercio bilateral en un 13.2% en agosto. Según el Ministro Prat Gay, “la mitad de la recesión de la industria es brasileña, por lo que, con Brasil recuperándose, hay otra razón para ser optimista por la actividad económica”. El Ministerio de la Producción también se suma a estos brotes anunciando que durante el primer trimestre del año se crearon 14.200 nuevas empresas, lo que representa un 5% más de empresas y un 6% más de empleo futuro. Además, 495 empresas que no exportaron durante los últimos 4 años comenzaron a hacerlo en 2016.
Todo esto, sumado a la reinserción de Argentina en el escenario global empresarial, hace pensar en un 2017 tendiente al crecimiento. Por el momento, la llegada de la primavera va mostrando los primeros “brotes verdes” (metáfora que en economía se utiliza para indicar signos de recuperación económica tras las crisis), aunque dejando un poco de lado mi imperiosa necesidad de ser optimista, la mirada más racional dirá que será el fin del verano donde podrán verse resultados positivos de recuperación más consolidados.
