17 Septiembre de 2025

Mariano Otálora, junto con un panel integrado por Ayelén Romero, José Echagüe y Alexis Tschubarov, analizó en profundidad el pulso del mercado argentino y global. El encuentro combinó lectura técnica, macroeconomía y estrategia de inversiones para ofrecer un panorama práctico sobre qué hacer con los pesos en un contexto de alta volatilidad política y financiera.
El pulso del mercado hoy
El debate puso en evidencia una serie de conclusiones clave para cualquier inversor que opera en el mercado local o global: primero, la reacción del mercado a la reciente intervención política fue intensa pero de baja convicción; segundo, existe una clara división entre quienes prefieren bonos largos y quienes optan por mantenerse fuera ante el riesgo político; tercero, la visión sobre el dólar se mantiene condicionada por la política y la necesidad de acumular reservas; y cuarto, las oportunidades tácticas aparecen en sectores específicos (energía, utilities) y en activos globales vinculados a inteligencia artificial y oro.
En este contexto, el mercado sigue siendo selectivo: precios tentadores pero volumen reducido, incertidumbre política, presión sobre reservas y debates abiertos sobre la sostenibilidad de la deuda. La entrevista refleja cómo, frente a un mercado que castiga la confianza, la estrategia recomendada por los expertos es combinar prudencia, selección y compras escalonadas.
Volumen, rebote técnico y la lectura inmediata
Rebote tras el mensaje político: ¿verdad o ilusión?
Los panelistas coincidieron en que el reciente rebote en acciones y bonos fue, en gran parte, técnico y de corto plazo. Hubo un avance en la apertura que llegó a rondar el 3% en algunos activos, pero fue acompañado por volumen mucho más bajo que en caídas precedentes. Ese comportamiento sugiere que el mercado ejecutó operaciones de rebote, no una recomposición de posición con convicción duradera.
Como explicó José Echagüe: "Fue un pequeño rebote después de la caída; el mercado aún no tiene la confianza suficiente para entrar masivamente". Esa idea se repitió a lo largo del debate: el mercado mira la política y las reservas con atención, y sin mayor claridad prefiere precios tentadores pero posiciones reducidas.
"El mercado acompañó el mensaje, pero fue más un rebote técnico que una señal de fondo; el volumen no acompaña la suba" — José Echagüe.
En síntesis, el mercado registra oportunidades tácticas, pero la liquidez sigue limitada y la confianza no está reconstruida. Los inversores institucionales y los grandes fondos se muestran especialmente cautelosos por el riesgo político y por posiciones apalancadas que en meses previos se vieron forzadas a liquidar.
Bonos argentinos: corto vs largo — la disyuntiva del inversor
Qué dijeron los expertos sobre bonos
El tema de los bonos fue uno de los ejes centrales. Alexis Tschubarov y José Echagüe analizaron con detalle las diferencias entre bonos cortos y largos, y cómo la estructura de cupones y amortizaciones condiciona la elección del inversor.
Elementos clave:
- Bonos largos: ofrecen cupones más altos y, en muchos casos, una mayor protección real en escenarios de reacomodamiento del tipo de cambio. Representan una apuesta de largo plazo contra la mejora gradual de los fundamentos. José subrayó que "los bonos largos, si el inversor tiene estómago para soportar volatilidad, ofrecen rentabilidades considerables en caso de normalización".
- Bonos cortos: amortizan capital más rápidamente y, por ende, reducen exposición a riesgos sistémicos. Sin embargo, en un contexto de tasas altas y riesgo político, sus precios pueden moverse con rapidez y sufrir liquidaciones técnicas.
- Legislación local vs. extranjera: se discutió que la preferencia por ley extranjera es más relevante para institucionales. Para el inversor minorista, la diferencia práctica no siempre es determinante, aunque sigue siendo un factor a considerar si hay posibilidad de litigio.
Además, se mencionaron títulos concretos como AL29, AE38 y TX26 entre los papeles más operados. Algunos rendimientos comentados rozaban 25%-27% en bonos cortos y más de 20% en títulos de mediano plazo, cifras que atraen a quienes buscan ingreso en dólares o cobertura frente a la inflación.
Riesgo de reestructuración: ¿un escenario plausible?
Una de las preguntas recurrentes fue si existe riesgo de reestructuración de deuda. José ofreció una lectura matizada: la porción del stock de deuda que cotiza en mercados (bonos en dólares) representa una fracción relativamente baja del PBI, y gran parte de la deuda en dólares corresponde a organismos multilaterales, lo que limita la magnitud de una quita inmediata.
No obstante, advirtió que:
- Si se llegara a un escenario extremo, las condiciones de refinanciación serían duras y costosas para el país.
- En la práctica, la probabilidad de un default masivo es baja en el corto plazo, pero la estructura de plazos obliga a tomar decisiones de gestión soberana complejas.
"No creo que haya default inmediato; pero las condiciones de refinanciación serían difíciles y la deuda con el mercado representa un porcentaje manejable del PBI" — José Echagüe.
Estrategia sugerida: diversificar duración
La recomendación consensuada fue diversificar por duración: incorporar una parte de bonos largos (para capturar el cupón y la eventual recomposición de precios), y mantener bonos cortos como colchón de liquidez o para jugar escenarios electorales. Se enfatizó la necesidad de medir la asignación de activos en función del horizonte del inversor y su tolerancia al riesgo.
Estrategias prácticas para inversores: cómo posicionarse en este mercado
Comprar por tramos y usar intereses para recomponer
Una táctica recurrente en la charla fue la compra escalonada: entrar al mercado comprando fracciones de la asignación prevista y recomponer con cupones o intereses generados. Alexis explicó que él estructura posiciones en las que una parte del capital se compra con fondos y otra parte se alimenta con los intereses que devengan los bonos, generando un efecto de cobertura parcial.
Ventajas de esta metodología:
- Reduce el riesgo de entrar en el pico de una caída adicional.
- Permite promediar precios hacia abajo si el mercado corrige más.
- Maximiza el efecto de compounding si las tasas reales se mantienen altas.
Coberturas y operaciones complementarias
En el panel también se discutieron coberturas prácticas: uso de cauciones, coberturas en dólar, y arbitrajes entre activos locales y CEDEARs o ETFs internacionales. La recomendación fue evitar estrategias que obliguen a reintegros urgentes (posiciones altamente apalancadas) mientras persista el ruido político.
Acciones: dónde hubo interés y dónde cautela
Sectores con mejor balance: energía y servicios públicos
El sector energético fue mencionado como destino preferente para quien busque variable local. Pampa, Vista y otras compañías ligadas a energía y servicios públicos se destacaron por tener balances más sólidos frente a bancos y empresas de consumo que sufrieron más en la reciente caída.
Motivos:
- Balance más resistente ante shocks de demanda y precios.
- Menor correlación con la volatilidad política de corto plazo.
- Potencial de recuperación superior si el líquido vuelve al mercado.
Bancos y consumo: mayor volatilidad
Los bancos, que fueron líderes en las subas previas, presentaron alta dispersión y riesgo. Galicia fue citado como ejemplo de volumen que no repone niveles previos. En consumo y compañías de crecimiento (por ejemplo, algunas internacionales con ADRs o CEDEARs) la recomendación fue cautela por razones de valoración y riesgo operativo.
"Si la intención es jugar la elección, los bancos pueden funcionar; si la idea es un posicionamiento más seguro, energía y servicios son preferibles" — Ayelén Romero.
CEDEARs y activos internacionales: refugio y oportunidades
Inteligencia artificial y semiconductores
En el plano internacional, el panel apuntó a dos grandes drivers: la revolución por inteligencia artificial (IA) y movimientos en las monedas y tasas globales. Acciones vinculadas a IA (chips, servicios en la nube, plataformas líderes) y ETFs que replican esos sectores fueron sugeridos como alternativas para diversificar fuera del Riesgo País.
Se citaron nombres y activos como Microsoft, ETFs de tecnología y fondos vinculados a semiconductores. La idea central es que la recuperación global y la menor presión en el dólar benefician compañías con exposición internacional y márgenes en dólares.
Oro y GLD como refugio en cartera
El GLD (ETF de oro) fue destacado como un elemento de reserva de valor dentro de una cartera diversificada. El oro ha venido siendo demandado por bancos centrales y por inversores globales en busca de refugio ante incertidumbres sistémicas; su rol en la protección contra shocks y la depreciación del dólar fue subrayado.
ETFs emergentes y LEMB
Se mencionó LEMB (ETF de deuda en monedas locales de emergentes) como instrumento que refleja movimientos de monedas y ofrece exposición a la recuperación relativa de monedas emergentes frente al dólar. En el mismo paquete, EEM y otros ETFs de mercados emergentes fueron citados como ventana para jugar la rotación global.
Commodities y petróleo: GeoPark y la narrativa de Vaca Muerta
El anuncio de movimientos en torno a GeoPark y Vaca Muerta generó interés inmediato en la rueda. Los rumores sobre compras de posición y contratos asociados a producción hidrocarburífera despertaron un alza importante en el papel. Sin embargo, el panel advirtió que los movimientos por rumor deben verificarse y que la exposición táctico-especulativa debe ser limitada.
Petroleras globales como Exxon y Chevron se mencionaron como alternativas en el exterior para quien busque jugar el sector petróleo sin el Riesgo País. En el plano local, GeoPark y empresas ligadas a Vaca Muerta ofrecen potencial, pero con mayor volatilidad.
Dólar y tipo de cambio: la gran incógnita
Dos dólares: el que necesita la economía y el que quiere el Gobierno
El diálogo sobre tipo de cambio fue extenso y uno de los más matizados. Los panelistas hicieron una distinción clave: el dólar que "necesita" la economía —es decir, aquel que pone en equilibrio cuentas externas, competitividad y reservas— no siempre coincide con el dólar que "quiere" o busca mantener el Gobierno por objetivos de inflación y estabilidad nominal.
José Echagüe explicó que, dada la estructura macro y la deuda, el país requiere un tipo de cambio relativamente más alto que el oficial actual si la meta es acumular reservas. Esa corrección, sin embargo, puede ser gradual y difícil políticamente.
"Un tipo de cambio más alto ayuda a la sostenibilidad: reduce costo en dólares de la deuda, mejora competitividad y permite acumular reservas" — José Echagüe.
Tasas internacionales: la FED y su impacto
El encuentro se produjo en la antesala de una reunión de la Reserva Federal (FED), y el panel analizó cómo la expectativa de recortes (o no) en las tasas de la Fed afecta a emergentes y al flujo global de capitales. Una reducción de tasas en EE. UU. suele favorecer activos de riesgo y monedas emergentes, mientras que una FED más cauta prolonga el atractivo del dólar y presiona la entrada de capitales hacia emergentes como Argentina.
Ayelén recordó que la confirmación de recortes se había descontado parcialmente y que la variable empleo y datos macro estadounidenses seguirían determinando el ritmo. En definitiva, las decisiones del FED constituyen un factor exógeno que puede amplificar o mitigar las tensiones locales del mercado.
Riesgos políticos y comunicación: la primera variable del mercado
Un tema transversal fue la comunicación pública del Gobierno y su repercusión directa en el sentimiento del mercado. Los panelistas criticaron la falta de mensajes claros en ciertos momentos, lo que genera vacíos interpretativos que el mercado responde con volatilidad. La opinión pública y los medios también juegan un rol amplificador: comentarios y rumores se viralizan y generan efectos de segunda ronda en los precios.
La recomendación fue clara: los equipos económicos deben priorizar claridad y previsibilidad para reducir el premio de riesgo que el mercado exige, y así facilitar la acumulación de reservas y el regreso gradual de capitales.
Cuadros prácticos: qué hacer según horizonte y perfil
Inversor conservador (horizonte 1-2 años)
- Priorizar bonos largos de soberano y corporativos con cupones atractivos.
- Mantener exposición al oro (GLD) y reservas en activos globales.
- Evitar posiciones apalancadas en acciones locales.
Inversor moderado (horizonte 2-5 años)
- Combinar bonos cortos y largos, con dólares o CEDEARs como cobertura parcial.
- Comprar por tramos en sectores con balance sólido: energía y servicios.
- Usar ETFs globales de tecnología e IA para diversificar Riesgo País.
Inversor oportunista (horizonte corto, alta tolerancia)
- Aprovechar rebotes técnicos en acciones castigadas por volatilidad.
- Arbitrar entre activos locales y CEDEARs cuando existan diferencias de valoración.
- Evitar estrategias que requieran renovación de márgenes si el mercado cae.
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