El Gobierno ya envió al Congreso el acuerdo alcanzado con el FMI, que apunta a reprogramar pagos y despeja el escenario de financiamiento. ¿Cuáles son las condiciones?
Mariano Otálora, conductor del programa Qué Hacemos con los Pesos (A24) indicó que “el resumen del acuerdo es que no entrarán fondos nuevos, el dinero que entra es para pagar la deuda y los primeros pagos genuinos serán a partir de 2026”.
“Debemos bajar el déficit todos los años para llegar a un equilibrio fiscal en 2025, como así también dejar de emitir, bajar la inflación, no atrasar el tipo de cambio y aumentar las tasas de interés. También acumular 5.000 millones de dólares en reservas por año”.
“Calificar este acuerdo es difícil porque tiene muchas inconsistencias. El Gobierno gana tiempo sin grandes esfuerzos. Lo positivo es que posterga el pago de la deuda, mejorará el riesgo país, nos permitirá recibir fondos de organismos multilaterales como el Banco Mundial, subirán los precios de bonos y acciones y descomprimirá la presión sobre la brecha cambiaria”.
“Lo negativo es que no corrige desequilibrios importantes que nos llevan a tener las crisis recurrentes y vivir siempre estancados. Además no hablamos de cómo vamos a crecer ni cuál va a ser el plan económico, ni el incentivo a las inversiones”, concluyó Otálora.
Al respecto, el economista Orlando Ferreres remarcó que “Alberto Fernández está preocupado porque sabe que va a tener un control muy estricto sobre lo que está diciendo. Sabe que no va a poder dibujar la realidad”.
“Es bueno que se acabe el relato. Es bueno el acuerdo, por más hubo que corregir, por ejemplo, el aumento de la tarifa de electricidad será bastante mayor a lo previsto, según el caso. Para los que no tienen subsidio, el valor de la electricidad va a crecer 2,5 veces el precio”, explicó Ferreres.
Durante el año electoral 2021 vimos dos fenómenos ya muy comunes, que son el atraso tarifario y el cambiario. En cuanto a tarifas, lo que los usuarios pagan en transporte marca un nivel del 15% y en electricidad un 37%.
“Acomodar esta situación, de acuerdo a las exigencias del FMI, generará un gran costo político”, agregó Mariano Otálora.
¿y el déficit?
Los gobiernos necesitan de la inflación para paliar el gasto y el déficit. La baja de la inflación queda, por tanto, muy en dudas. La situación de cómo se vienen financiando los déficit se refleja en el siguiente gráfico.
Ahora el FMI puso un tope al nivel de emisión. Por tanto, queda el financiamiento del mercado local y/o seguir licuando los gastos con inflación.
“Si el déficit primario no baja, no hay forma de que baje la inflación. Y esto es clave”, indicó Orlando Ferreres.
“De acuerdo a nuestros cálculos para febrero la inflación va a estar alrededor del 4% y para marzo será peor. En el año se estima un nivel del 57 al 60%”, agregó.
Mirá el análisis completo en el programa:
