sábado, abril 20, 2024

Seis décadas de colapso argentino. ¿Por qué nunca levantamos cabeza?

El batacazo que vive economía argentina, podría ser la estocada final para una administración que no supo, no pudo o -lo que es más probable- no quiso tomar el toro por las astas y darle a la economía una vuelta copernicana que necesita. El diputado José Luis Espert, analiza las razones de esta caída libre. Lo hizo en ¿Qué hacemos con los pesos? (A24)

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En los últimos 60 años, Argentina tuvo 8 planes económicos; todos terminaron mal. Éste es el 8°. Previamente estuvo el de Frondizi, después la Inflación Cero de Gelbard, el de Martínez de Hoz, el Plan Austral, la Convertibilidad, el de los Kirchner del 2008 y 2009, el de Macri y el de  Alberto. Como argentinos deberíamos preguntarnos si no hay algo que relacione a los distintos planes económicos para que todos terminen mal. Hay cosas que los unen”, indicó el diputado nacional y economista José Luis Espert.

1 Relaciones exteriores

“La economía Argentina usa al mundo como prestamista. No lo usa como una oportunidad para comerciar. Somos el anti Uruguay, que está pidiendo un acuerdo con China. Nosotros vivimos con el pescado podrido de la sustitución de importaciones, por eso acá es todo carísimo y de relativa baja calidad”, advirtió el funcionario.

2 Gasto público

Según Espert el segundo punto en común que vincula a todos estos planes fue el gasto público, los impuestos y el déficit. “Tenemos un estado gigantesco que no se puede financiar ni con una presión impositiva salvaje, y  nadie quiere prestar para financiar el déficit. Porque la inflación es el repudio a la moneda y tener default es tener repudio por la deuda.”

3 Legislación laboral

Si hay algo que conspira contra la inversión, es el miedo a contratar personal. “El régimen laboral que tenemos es absolutamente demencial. Tenemos leyes laborales de 80 años.”

Para finalizar, el economista puntualiza que en estos tres puntos descansa el fracaso argentino. “Los países donde la gente prospera comercian con el mundo, tienen un estado de tamaño razonable y leyes laborales que son equilibradas a la hora de defender a los trabajadores y a los empresarios. No se trata de que haya pérdida de derechos, pero tampoco de que el empresario tenga terror porque siente que se le mete una bomba atómica cada vez que contrata a alguien. Lo que hay que tener claro, para la próxima ronda que tengamos (porque esto está terminado ya), es que deberíamos tirar a la basura estas tres cosas y reemplazarla por otras 3 que son virtuosas. ¿El kirchnerismo puede hacer esto? No, si no registra nada de lo que está pasando. Cree que la inflación es multi causal, que los dólares son del BCRA y  no de los exportadores. Están chiflados ahí adentro. El kirchnerismo no va a hacer ninguno de estos cambios profundos. Para bajar el gasto va a tener que echar 1 millón de ñoquis, cambiar la Coparticipación, cerrar empresas deficitarias, hacer una reforma previsional.”

“EL GOBIERNO DE ALBERTO NO ESTÁ NECESARIAMENTE TERMINADO” 

Consultado sobre las chances que le quedan a la administración de Alberto Fernández, el legislador no es agorero, pero sabe que es ideológicamente inviable que el Gobierno tome las medidas que considera urgentes.  Lo primero es que “se dejen de pelear Alberto y Cristina;  que lleguen a algún acuerdo respaldado por los gobernadores. Deberían anunciar dos cosas. Por un lado, si no hay reservas, que dejen libre el tipo de cambio y no agravar el cepo. Porque cuando hay reservas se puede tener el lujo de fijar el valor del dólar, pero para que el valor no sea cualquier cosa”. 

“Por otro lado, hay que poner un ancla, que debería ser el gasto público nominal en pesos, no en término de producto. Hay que clavarlo aquí y dejarlo hasta las elecciones del año que viene. Primero, va a saltar el tipo de cambio cuando flote, y después lo hará la inflación, pero si se logra que el ancla funcione y que sea creíble -por eso la importancia del acuerdo político- creo que eso es mucho menos malo que seguir apretando el cepo.”

LIBEREN AL DÓLAR

Hay conmoción en el sector agropecuario, puntualmente en los exportadores luego de que hubiera habido fuertes rumores respecto a alguna ventanita que se podría abrir para que desde el campo liquiden más dólares. Pero, cuando parecía que todo estaba arreglado, el Presidente sorprendió cuando acusó al campo de pararse en usd 20000 millones. Lo único claro es el desorden.

“Si lo único que puede hacer Batakis es congelar el ingreso de personal a la administración pública, estamos ante una desconexión completa de la realidad. Si lo mínimo que puede hacer el gobierno es una locura, se caen los dos planes alternativos y se hunde el gobierno.”  El diagnóstico de Espert es contundente y parece explicarse según sus palabras en serios errores de comprensión.

La situación de las reservas es grave, hay muy poca liquidez. Cristina vació el Banco Central (BCRA) con Mercedes Marcó del Pont. Se ufanan de que no colocaron deuda, pero vaciaron el BCRA. En definitiva es lo mismo. Mientras el déficit se financie monetariamente con pesos que nadie quiere, obviamente que la situación de las reservas será crítica.  Tenemos al gobierno, al productor agropecuario y al exportador. El productor agropecuario es el que siembra y cosecha la soja y se la vende directa o indirectamente al Trader. No se puede poner a todos en la misma bolsa, son funciones diferentes. A lo mejor, el campo le entregó toda la soja a un trader y la cobró en pesos. Y si es el trader el que está especulando, tiene todo el derecho a hacerlo si quiere. El laburante del campo es un tipo sofisticado que especula demasiado.”

Con el cepo ya empezó a haber una leve caída de la actividad. Eso se va a verificar con los números de julio. La economía empezó a caer con respecto al mes anterior.

La oposición debería estar con el Plan A para el año que viene. Hay que hacer campaña con ese plan, porque de lo contrario va a volver el kirchnerismo para el 2027. Creo que la elección del 2023 debería ser un plebiscito de un plan de transformación de la Argentina que gire 180° lo que hemos hecho durante los últimos 60 años. Si nos ponemos de acuerdo en que el Plan A ni se discute, haría una alianza con la  oposición contra el kirchnerismo.

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