21 Julio de 2025

En el complejo escenario económico que atraviesa Argentina, el dólar oficial se ha convertido en un foco de atención central para analistas, inversores y ciudadanos por igual. La reciente dinámica cambiaria, junto con los ajustes monetarios y fiscales implementados por el Gobierno, han generado una atmósfera de incertidumbre y tensión en el mercado financiero. En este contexto, el análisis de expertos como Mariano Otálora, el economista Orlando Ferreres y Soledad López, Gerente de Desarrollo en Rava Bursátil permite desentrañar las causas y posibles consecuencias de las decisiones tomadas, así como las perspectivas económicas hasta las próximas elecciones.
La política monetaria y el Banco Central
Mariano Otálora sostuvo que uno de los puntos clave que ha generado debate es la decisión del Gobierno de "sanear" el Banco Central y transferir recursos al Tesoro Nacional. Esta medida, que en términos coloquiales se describe como pasar dinero de un bolsillo a otro, refleja la complejidad de la política monetaria actual. Aunque en apariencia parece un simple movimiento interno, en realidad implica un ajuste delicado en el manejo de la liquidez y la estabilidad cambiaria.
El Gobierno se encontró en medio de un enredamiento financiero, con tasas de referencia que parecían bailar entre el 37, 38 y 43% y hasta tasas de caución que alcanzaron un sorprendente 150%. Este aumento abrupto de tasas, especialmente visible el viernes de la última semana analizada, fue una respuesta a la necesidad de "secar" el mercado ante la excesiva liquidez que circulaba, describió el economista Orlando Ferreres.
La intención era controlar el flujo monetario para evitar que la inflación y la volatilidad cambiaria se dispararan. Sin embargo, este ajuste tuvo efectos mixtos: aunque las tasas de plazo fijo no aumentaron y la tasa de préstamos incluso se redujo, los bancos comenzaron a mostrar preocupación por la insolvencia creciente en algunas empresas, reflejada en un aumento de cheques rechazados. Este dato es vital, ya que indica que el sector productivo —el termómetro de la economía— está experimentando tensiones reales que podrían afectar el crecimiento económico.
En los últimos dos meses se ha observado una estabilidad o incluso una disminución en el ritmo de crecimiento económico, un fenómeno que no es homogéneo en todos los sectores. Mientras algunos consumidores continúan adquiriendo bienes como autos y otros productos durables, una parte significativa de la población enfrenta dificultades para llegar a fin de mes.
Este escenario está vinculado estrechamente con la política cambiaria y monetaria implementada tras la salida del cepo cambiario. El apretón monetario, necesario para controlar la inflación y estabilizar el dólar oficial, también ha generado un impacto en el consumo y la actividad económica. Aunque los salarios en términos reales no han sufrido una pérdida significativa y la inflación ha mostrado señales positivas en los últimos meses, la distribución del ingreso y el acceso al crédito empresarial se han vuelto más complejos.
El Gobierno parece estar jugando una partida delicada para llegar a octubre, fecha de las elecciones, con una liquidez controlada y sin que el dólar oficial se dispare, por temor a que un aumento abrupto se traduzca en un traslado a precios y, por ende, en una aceleración inflacionaria. Esta cautela se refleja en la tasa de inflación mensual, que hasta la tercera semana del mes más reciente se ubicó en 1,7%, un valor que indica que no hay un traslado significativo de la devaluación al índice de precios.
El fenómeno del dólar oficial: ¿un equilibrio inestable?
La realidad del dólar oficial ha cambiado radicalmente en el último tiempo. El conocido "dólar a 1.000" quedó atrás, y hoy las cuentas externas demandan una cotización mucho más cercana a valores como 1.300 pesos, dependiendo del segmento y la banda cambiaria. El mercado ha dejado claro al Gobierno que no acepta más un dólar artificialmente bajo, y que la cotización tiende a subir, aunque con cierta resistencia a bajar una vez que se incrementa.
Este comportamiento ha llevado al Gobierno a testar una estrategia en la que mueve gradualmente el dólar oficial, a la vez que aplica un apretón monetario para reducir la cantidad de pesos en circulación. Lo curioso de esta maniobra es que, a diferencia de experiencias anteriores, este aumento en el dólar no se ha trasladado masivamente a los precios, algo que en la teoría económica se conoce como "pass through".
La tasa de traslado observada ronda entre 0,3% y 0,6%, lo que para el mes completo se traduce en menos del 2% de impacto inflacionario. Este dato es muy positivo para la estabilidad de precios, pero también plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de esta estrategia y el equilibrio entre el tipo de cambio y la inflación.
La eliminación de las LEFI y el impacto en el mercado financiero
Uno de los movimientos más disruptivos en el mercado financiero fue la eliminación de las Letras de Financiamiento del Tesoro (LEFI). Este cambio generó una fuerte reacción en la plaza, descolocando al mercado y generando incertidumbre entre los inversores. La decisión, vista por muchos como desordenada e innecesaria en términos de timing, rompió la renovación natural de corto plazo y llevó a que las tasas de interés se dispararan en algunos segmentos.
El mercado reaccionó con tasas de caución que llegaron a superar el 150% en operaciones a muy corto plazo, un nivel inédito que refleja el estrés financiero. Esta situación llevó a que algunos bancos y operadores se retiraran temporalmente, evidenciando la volatilidad y la falta de confianza momentánea.
Soledad López de Rava Bursátil señaló que el Gobierno intentó contener esta situación con nuevas licitaciones y convalidando tasas muy altas, incluso por encima del 47%, mientras que en el mercado secundario las tasas rondaban el 33-34%. Esta disparidad generó arbitrajes y movimientos rápidos entre instrumentos financieros, complicando aún más la dinámica del mercado.
El carry trade y la volatilidad del dólar oficial
El carry trade, estrategia financiera que consiste en tomar deuda en una moneda con baja tasa para invertir en otra con mayor rendimiento, se vio profundamente afectado por las fluctuaciones de la tasa de caución y el dólar oficial, desarrolló Soledad López de Rava Bursátil. La abrupta caída de las tasas llevó a un desarme rápido de posiciones de carry trade, lo que a su vez presionó al alza al dólar y aumentó la volatilidad.
Esta situación generó un escenario de incertidumbre para los inversores, quienes debieron decidir entre mantener posiciones o retirarse ante el riesgo de pérdidas. La dinámica fue tan intensa que en pocos días se perdió el equivalente a un mes y medio de carry trade, evidenciando la fragilidad del equilibrio financiero.
A pesar de esta volatilidad, los analistas coinciden en que el Gobierno no tiene intención de permitir que el dólar oficial supere la banda superior establecida en torno a 1.300 pesos en el corto plazo. El objetivo es evitar un traslado inflacionario fuerte y mantener el control hasta las elecciones, aunque reconocen que el riesgo de intervenciones en el mercado de futuros persiste.
Perspectivas económicas y proyecciones para 2025 y 2026
Las proyecciones económicas para Argentina reflejan un crecimiento moderado y desafíos significativos. Para 2024, se estima un crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) cercano al 4,7%, una cifra inferior a la estimación previa del Gobierno que rondaba el 5,3-5,5%. Esta desaceleración se explica por la estabilidad o disminución del crecimiento observada en los últimos meses y por la comparación con un 2023 que mostró cifras mensuales de crecimiento más robustas.
Para 2025 y especialmente para 2026, las expectativas son más cautelosas. Orlando Ferreres sostuvo que la inflación proyectada para 2026 se ubica en torno al 10,2%, un nivel que podría permitir cierta estabilidad en los precios, pero el crecimiento económico se espera que sea bajo, posiblemente inferior al 3%, umbral mínimo para considerar un crecimiento real significativo.
Este panorama está condicionado por factores políticos, como el desempeño electoral y la capacidad de alianzas legislativas para aprobar reformas. La coalición entre La Libertad Avanza y el PRO, por ejemplo, podría influir en la aprobación de leyes clave, especialmente en el ámbito laboral, que actualmente enfrenta obstáculos para la implementación de decretos.
La estrategia del Gobierno y el manejo del dólar oficial
Ante este escenario, el Gobierno ha adoptado una estrategia que busca equilibrar la necesidad de engrosar reservas internacionales sin generar un impacto inflacionario descontrolado. En este sentido, el Tesoro ha comprado aproximadamente 1.000 millones de dólares, aunque a un tipo de cambio más alto, lo que implica un costo adicional y cierto estrés en el mercado.
Esta compra se realiza en un contexto donde el dólar oficial ha encontrado un nuevo piso alrededor de 1.200 a 1.280 pesos, impulsado también por la última liquidación del sector agropecuario, que finaliza a principios de julio. A partir de entonces, el Gobierno apuesta a los dólares provenientes del sector energético para mantener el equilibrio cambiario.
El manejo del dólar oficial en este contexto es delicado. Por un lado, está la necesidad de evitar un salto abrupto que pueda trasladarse a precios. Por otro, la presión de la demanda y la dinámica de los mercados financieros generan tensiones que el Gobierno debe administrar con cuidado.
La estrategia gubernamental parece estar orientada a mantener la estabilidad hasta las elecciones de octubre, con un manejo cuidadoso del dólar oficial y un control estricto de la inflación. La clave estará en cómo se resuelvan las tensiones de corto plazo y en la capacidad de adaptación del Gobierno a un escenario que sigue siendo muy cambiante.
Los próximos meses serán determinantes para ver si esta estrategia logra sostenerse o si las presiones del mercado y la economía real exigirán ajustes más profundos, que podrían redefinir el rumbo económico de Argentina en los próximos años.
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