El 16 % de las exportaciones totales de Argentina van a Brasil. Desde 2014, las ventas al mundo vienen en caída en casi once mil millones de dólares. De este total, casi el 45 % corresponde a la baja de ventas a Brasil. El déficit de la balanza comercial para el sector se estima en unos USD 35.000 millones para este año. Asimismo, con respecto al sector PyME, en 2010, exportaban 12.000 firmas y en 2017 eso se redujo a 9.000. “Esto es preocupante y Brasil no reacciona”, remarcó el economista Orlando Ferreres.
Ante esta situación, el Gobierno tiene decidido intensificar la apertura de nuevos mercados para la industria. La reacción se da ante sobre todo ante el temor de que la nueva turbulencia política que atraviesa Brasil y su impacto negativo en la economía signifiquen un nuevo golpe al complejo industrial, que recién en los últimos dos o tres meses está mostrando signos de una tenue recuperación.
Claro que el contexto no ayuda, precisamente. El atraso cambiario, los altos costos laborales y una elevada carga impositiva atentan contra la posibilidad de que las empresas argentinas puedan competir, especialmente cuando se trata de productos de alto valor agregado.
