Análisis
Tras años de crisis y procesos judiciales

Vicentín, una historia sin final claro: las opciones que aún están sobre la mesa

Basado en un exhaustivo repaso de su evolución y con aportes clave de expertos del sector, se intenta entender qué pasó con esta empresa que parecía destinada a liderar el mercado de alimentos y biocombustibles en Argentina y Latinoamérica.
24-07-2025
Vicentin ha vivido una historia de auge impresionante seguida por una crisis casi terminal Pixabay

En el vasto panorama de los agronegocios argentinos, pocas empresas han despertado tanto interés, polémica y expectativas como Vicentín. Así describió Carlos Burgueño a este conglomerado, que alguna vez apuntó a convertirse en un gigante multinacional de la agroindustria, ha vivido una historia de auge impresionante seguida por una crisis casi terminal que ha puesto en jaque no solo su futuro, sino también el de miles de productores, empleados y acreedores nacionales e internacionales.

Su análisis profundiza en el nacimiento, crecimiento, y la compleja situación actual de Vicentín. Basado en un exhaustivo repaso de su evolución y con aportes clave de expertos del sector, se intenta entender qué pasó con esta empresa que parecía destinada a liderar el mercado de alimentos y biocombustibles en Argentina y Latinoamérica.

Origen y auge de Vicentín: de una industria textil a un gigante agroindustrial

Vicentín fue fundada en 1929, inicialmente enfocada en la industria oliaginosa, extracción de solventes y el sector textil. Desde sus comienzos, mostró un perfil multisectorial que le permitió diversificar su presencia en diferentes rubros. Sin embargo, fue en 1987 cuando dio un salto decisivo al adquirir la terminal de embarque de San Lorenzo, ubicada a orillas del río Paraná, que se convirtió en su centro neurálgico para la exportación.

La compra de la planta de San Lorenzo fue clave para comenzar la producción y comercialización de aceites de girasol y oliva a gran escala. Vicentín se posicionó rápidamente como el principal productor, elaborador y exportador de girasol y sus derivados en Argentina, generando un flujo constante de dólares para el país desde Rosario.

En los años 2000, Vicentín profundizó su apuesta en el sector textil adquiriendo Algodonera Avellaneda, una empresa en crisis, desafiando la tendencia del mercado que veía al rubro textil en declive. También incursionó en la producción y exportación de carnes tras la compra del frigorífico Friar, uno de los más grandes del país, sumando así otro negocio que aportaba dólares frescos.

En 2005, la expansión cruzó fronteras con la inauguración de Vicentín Paraguay, ampliando su red comercial. Paralelamente, siguió invirtiendo en plantas de molienda y procesamiento, consolidándose como una empresa con potencial multinacional.

En 2007, Vicentín dio un paso estratégico hacia los biocombustibles, un mercado emergente que prometía ser uno de los más expansivos para Argentina. Participó en la creación de Renova Biodiesel, una joint venture con otras grandes empresas como Molinos Río de la Plata. Esta planta fue considerada un modelo en la industria y un símbolo del futuro energético del país.

Además, ese mismo año inauguró una planta de procesamiento de algodón y avanzó en la confección de textiles, agroquímicos, vinos, miel e insumos farmacéuticos, consolidando así un conglomerado multisectorial con ambiciones globales.

La historia de Vicentín parecía un relato de éxito: una empresa nacida en Rosario que se expandía con fuerza, diversificaba su producción, generaba empleo y dólares para el país y se proyectaba como un referente continental en agroindustria y biocombustibles.

Su crecimiento incluyó la compra de activos estratégicos, la participación en el puerto de Rosario y la exploración en nuevos negocios, como el ferroviario, para optimizar la logística de exportación. Todo parecía encaminado hacia la consolidación de una gran multinacional argentina.

La crisis profunda: de la deuda al default

Pero la historia de éxito dio un giro abrupto en diciembre de 2019, cuando Vicentín se declaró en cesación de pagos con una deuda que superaba los 1.300 millones de dólares. Esta situación derivó en un concurso de acreedores que aún no se ha resuelto, dejando a la empresa en un limbo económico y judicial.

Entre sus acreedores se encuentran bancos nacionales como el Banco Nación, Banco Macro y Banco de Córdoba, cooperativas, proveedores de servicios, grandes empresas del sector agroindustrial, y también bancos internacionales como Rabobank y Credit Agricole, todos con inversiones millonarias en juego.

Para 2025, la crisis se agravó con el cierre total de las plantas de Avellaneda y Ricardone, además de una creciente deuda laboral y pasivos con acreedores. La empresa, que había prometido ser un motor económico, se encontraba al borde del colapso.

El intento fallido de nacionalización y sus repercusiones

En junio de 2020, el gobierno de Alberto Fernández intentó rescatar a Vicentín mediante una controvertida intervención y un Decreto de Necesidad y Urgencia para nacionalizar el grupo. La intención era asegurar la continuidad de la empresa, proteger el empleo y garantizar que los pequeños productores pudieran seguir comercializando sus productos.

Sin embargo, esta medida generó una profunda crisis política, reavivando el conflicto histórico entre el kirchnerismo y el sector agropecuario, con ecos de la crisis del 2008. La nacionalización quedó finalmente archivada, pero el daño político y económico ya estaba hecho, sumando incertidumbre a un proceso ya complicado.

Las razones detrás del colapso: estrategias y gestión

Para entender qué llevó a Vicentín a esta situación crítica, Carlos Burgueño dialogó con Mariano Galíndez, periodista económico de Rosario3 para analizar dos grandes factores: las dificultades estructurales del negocio agroexportador en Argentina y los problemas internos de gestión corporativa.

El negocio aceitero y agroexportador requiere inversiones constantes en bienes de capital: plantas modernas, puertos, maquinaria y tecnología. Además, la compra de granos a los productores demanda un flujo de caja enorme y continuo.

Las grandes multinacionales del sector cuentan con casas matrices que les envían dólares para financiar estas operaciones, algo que las empresas locales, como Vicentín, deben conseguir mediante créditos, generando una bola de endeudamiento difícil de sostener.

Este apalancamiento para crecer, en un país con alta volatilidad cambiaria y económica, se volvió insostenible para Vicentín, especialmente con la crisis de 2019 que afectó al sector y al conjunto de la economía argentina.

Sumado a las dificultades estructurales, Vicentín enfrenta un capítulo penal que involucra a sus directivos por delitos como estafa, presentación de balances falsos y administración fraudulenta. Las denuncias sostienen que la empresa siguió tomando créditos y recibiendo granos en 2018 y 2019, aun sabiendo que no podría cumplir con sus obligaciones.

Un punto clave detectado en la llamada "autopsia financiera" fue la contabilización errónea de los granos almacenados como activos, cuando en realidad representaban pasivos pendientes con los productores, lo que maquillaba la salud financiera ante los bancos.

Estas denuncias no solo provienen de actores políticos o locales, sino también de bancos internacionales como Rabobank y el IBM, lo que indica que el problema va más allá de una mera cuestión política o económica.

El futuro de Vicentín: ¿quedará en el olvido o renacerá?

Una de las grandes incógnitas es cómo y cuándo Vicentín podrá salir de este estado de crisis. El proceso judicial concursal ha sido lento y complicado, con resistencia por parte del directorio a entregar el control y múltiples trabas legales.

Sin embargo, con la mesa judicial empezando a ordenarse y la entrada en la instancia de "cramdown" o salvataje judicial, comienzan a aparecer interesados en adquirir activos o incluso la totalidad de la empresa.

Al menos ocho empresas grandes, junto a actores locales relevantes, han mostrado interés en Vicentín, afirmó el periodista económico Galíndez. Entre ellas se cuentan:

  • Unión Agrícola Avellaneda
  • Grupo Graci
  • Cargill
  • Covco
  • Bunge
  • Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA)
  • Viterra

Estos interesados buscan, por ejemplo, contratar servicios de molienda en la planta de San Lorenzo, considerada una de las más modernas y productivas del país, y que representa un activo clave en la puja.

El interés no solo radica en la rentabilidad, sino también en evitar la caída definitiva de Vicentín, que impactaría negativamente en toda la cadena productiva y exportadora.

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