sábado, mayo 4, 2024

Los pequeños inversores también pueden apuntar al campo

Los fideicomisos agrupan cantidades de dinero accesibles -con mínimos cercanos a los mil dólares- para aprovechar el gran negocio del sector agropecuario.

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La agricultura y la ganadería no son únicamente grandes motores que impulsan la economía Argentina, sino que hoy también ofrecen un atractivo abanico de oportunidades financieras al alcance de medianos y pequeños ahorristas.

Existen fondos comunes para la agricultura, donde se participa poniendo una cuota parte de mil dólares de mínimo, por ejemplo, o fondos comunes para la ganadería en los que se reúnen muchos ahorristas y desarrollan una actividad económica. En general, esos fondos cobran un porcentaje por la administración y después se va a riesgo“, señaló el periodista agropecuario Carlos González Prieto en referencia a los oportunidades que el agro tiene para inversionistas de capitales mínimos.  

Sobre la forma en la que estas alternativas funcionan, el Ingeniero Agrónomo Matías Tortorella (presidente en GestionAr) explicó que “se arma la figura jurídica del fideicomiso, donde se reúnen pequeños inversores para generar volumen. Un rodeo de 100 vacas, en el que cada una cuesta entre 12 y 15 mil pesos, requiere de un millón y medio de pesos. Lo mismo pasa con la agricultura, donde para el sembrado de 100 hectáreas de soja se necesita un millón de pesos. En consecuencia, el pequeño inversor debe juntarse con otros para poder acceder a este tipo de negocios y nombrar a un administrador para poder licuar los gastos de gestión”.

Los beneficios del campo

La necesidad de asociarse con otros puede verse compensada por las interesantes ventajas que ofrece el sector. Según un informe de GestionAr, la rentabilidad anual promedio de los últimos siete años en el mercado agrícola fue de 21 por ciento y en el ganadero del 19, tentadora opción frente a otras alternativas, como la de un plazo fijo, cuyo rendimiento medio se mantuvo apenas por encima del 11 por ciento.

La agricultura puede pagar en dólares porque todo se exporta. Hoy estamos apuntando  a una rentabilidad anual de un 15 o 20 por ciento en dólares, que es muy buena. Para la ganadería,  recién se está empezando a abrir el mercado internacional. Por ahora, el que invierte en ella está haciéndolo en el consumo interno, con una renta en pesos que obviamente le gana a la inflación”, explicó Tortorella sobre las ganancias potenciales del campo.

Además, la baja en las retenciones, las condiciones climatológicas favorables y la apertura al mundo de las exportaciones argentinas generan expectativas muy favorables para todo el espectro agropecuario.

Por dónde empezar

El abanico de inversiones es muy amplio: tenés agricultura, ganadería, tambos, pesca, cría de conejos, floricultura. Es infinito”, aseguró González Prieto. Más allá de esto, su consejo para inversores inexpertos en el sector es “no meterse en lo que es muy específico -como la producción de arándanos, la cría de chinchillas o de animales chicos-. Con eso se ha fundido mucha gente. Existen muchos casos en los que se vende la infraestructura para poder criar, pero después el resultado no se lo vendés a nadie. Desconfío de los productos que no tienen un mercado transparente de precios”. Además, según el periodista “lo más conservador para empezar es la ganadería, pero tenés niveles de retorno más chicos. La agricultura es como cualquier negocio, a medida que tenés más riesgo hay más chances de ganar o perder. El que se mete y no conoce sobre el tema tiene que ir a un cultivo con una cotización clara, que tenga una pizarra de precios, algo que sea transparente”.

Coincidiendo con la recomendación de González Prieto, Matías Tortorella manifestó que “el mercado argentino sabe mucho de vacas, maíz, soja, trigo y girasol. En ganadería se conocen los precios porque se publican en el diario, lo mismo ocurre con la soja, el maíz o el girasol. En cambio, no se publica el valor del maní, ni el de un caballo de carreras, por ejemplo. Por eso, aconsejo ir a la ganadería bovina y a la agricultura tradicional extensiva”.

Commodities a futuro

Estar informado sobre las diferentes producciones agrícolas en crecimiento podría favorecer a una inversión orientada a las mejores expectativas del mercado.

Hoy, puntualmente, hay algunos productos que hasta hace años eran specialities y que podrían resultar interesantes. La colza y el maní, por ejemplo, que aún son economías regionales, están creciendo mucho. De todos modos, en un mercado donde el alimento va a seguir siendo fundamental, veo estabilidad en todos los commodities. En especial, los que proveen proteínas, como es el caso de la soja, la cual va a conservar su importancia”, opinó Tortorella.

Mientras que González Prieto, además de informar que “estos fondos trabajan con un portfolio de cultivos tradicionales, que incluye trigo, maíz, girasol y soja”, aseguró que “la vedette del mercado sigue siendo la soja”.

El precio de la soja

En cuanto al valor de este commodity, que sigue ocupando un lugar de privilegio, González Prieto sostuvo que “su precio es muy volátil. El año pasado estaba a 260 dólares y este a 360, cien dólares más. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner tuvo una soja de 600 dólares, mientras que Fernando De la Rúa una de 170. Tiene una volatilidad increíble, por eso es muy difícil pronosticar si va a subir, bajar o mantener”.

Para Tortorella “hay dos panoramas. Uno es que estamos ante una cosecha récord en Estados Unidos, con stocks bien satisfechos, por lo tanto -quizás a corto plazo- se mantenga en estos valores. Además, si Argentina y Brasil tienen buena cosecha, es posible que baje. En el mediano y largo plazo, con los precios bajos del petróleo y con la creciente demanda internacional, no veo un problema para la soja y es posible que suba, o que al menos mantenga su valor”.

Otra forma de acercarse al sector

Las acciones de empresas del sector agropecuario son otra opción, aunque mucho menos directa, en la que un pequeño inversor puede apostar al campo.

Sobre el mercado de valores, Tortorella sostuvo que “las compañías agropecuarias de este sector ya han crecido bastante, pero como Argentina se está abriendo al mundo, y hay mucho capital de afuera que está entrando a comprar, las acciones hoy están baratas. Yo siempre elegiría por management. Quizás uno las ve caras, pero una acción como la de Molinos o Ledesma, que son más tradicionales, trasmiten mucha seriedad. Ante un mercado incierto, me vuelco no tanto por la oportunidad de compra, sino por la seguridad en cuanto a quiénes están detrás de las acciones. Hay otras, como Inversora Juramento y Cresud, que son un poquito más riesgosas, pero que también pueden ser una opción interesante”.


González Prieto coincidió en que  “hay muchas acciones relacionadas al campo que han funcionado -y aún pueden hacerlo- muy bien, como Agrometal, que es una empresa fabricante de maquinaria agrícola, y Cresud, que se dedica a comprar campos, desarrollarlos y venderlos. También está San Miguel, empresa limonera de Tucumán, que con la apertura del mercado de Estados Unidos tiene muy buenas perspectivas”.

Las oportunidades en el sector agropecuario existen y no son exclusividad de los grandes empresarios. Fideicomisos como el que ofrece la empresa Gestión Argentina S.A. (GestionAr), con un ingreso mínimo que actualmente es de 60.000 pesos, representan una opción muy viable para que los inversores de bajo perfil también puedan incursionar en este negocio.  

 

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