jueves, mayo 2, 2024

Che Grill: El food truck argentino que trabaja para Obama y para Donald Trump

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Damián Forneris había recién llegado a Miami desde Argentina, cuando le llamó la atención unos camiones con comida que se reunían en un evento cerca de su casa. Había pocos. Rápidamente aprendió sobre el negocio, y para el momento en que su esposa aterrizó unos meses después, ya había fundado Che Grill, que salió a la calle a principios de 2010. En ese entonces entre los dos manejaban el camión, cocinaban y vendían. Tras muchas millas recorridas, hoy tiene dos Che Grill y uno Empanada Truck, que vende entre 5000 y 7000 empanadas semanales en ciudades del norte de la Florida. Casi la totalidad de los insumos se importan: las tapas de empanada, la sal Dos Anclas, la harina cuatro ceros, los condimentos y el pan.

«El buen dinero está en las corporaciones y caterings. Hay que atraerlos a que compren este concepto que es nuevo. Aquí funciona bien el custumer appreciation (valoración del cliente), y también del empleado. Por ejemplo, me contrató una compañía de celulares para estacionarme afuera de la tienda y regalar la comida por tres horas para los clientes. Lo mismo el banco para la gente que entra a hacer depósitos. O American Airlines para darle de comer a sus empleados en el día de Thanksgiving (Día de Acción de Gracias). Está práctica va a llegar a Argentina. Es algo que las empresas hacen con frecuencia, ya que aquí lo deducen de impuestos», explica el emprendedor argentino.

El caso de Che Grill es solo una muestra del desarrollo que alcanzó el negocio de los food trucks en Estados Unidos. Hoy la industria está valuada en más de US$ 1200 millones, según el instituto de investigación Statistic Brain, y se encuentra entre los 50 sectores más grandes de su país de origen. Además, ya cruzó barreras sociales, pasando los primeros camiones que ofrecían tacos y panchos y estaban asociados a la comida chatarra y falta de higiene, a bocados gourmet, comida de autor e incluso saludable. La nueva generación de food trucks -hoy hay 4130 registrados en todo Estados Unidos- dio origen a una nueva clientela: una enorme base de fans que siguen su ubicación por las redes sociales.

En el caso de Che Grill, la marca se puede jactar de haber llegado no solo al mundo de las grandes corporaciones y también puso un pie en lo más alto de la política. La firma argentina se ganó un espacio en los eventos del club de Donald Trump en Miami, y trabajó para el debate que dio el presidente Barak Obama para su reelección en Boca Ratón. «Fuimos chequeados por el servicio secreto. Estábamos cerca de Obama con nuestro camión que tenía la bandera argentina pintada por todos lados», cuenta como dato curioso.

No todos los eventos facturan lo mismo. En la calle se puede recaudar de US$ 3000 a US$ 5000 por día; conciertos grandes de US$ 10,000 a 15,000 dólares. «Cuando se hace el torneo de golf en el club de Donald Trump hablás de 15 mil a 20 mil dólares el día», asegura el emprendedor argentino.

Duelo de gigantes

Sin embargo, no puede estacionarse en cualquier lado. Aunque tenga permiso otorgado como restaurante, cada ciudad tiene la libertad de autorizar y regular su permanencia en la vía pública. Hace años viene trabajando por una ley que regule los food trucks, tema que también preocupa a sus colegas argentinos, con los que está en contacto permanente.

El crecimiento de la industria llevó a que los grandes jugadores de la industria gastronómica se plegaran a la tendencia. Para eventos o promoción, desde 2010 cadenas que se encuentran entre las más grandes en el negocio de la comida rápida como Taco Bell, Jack in the Box, Dunkin Donuts, y KFC se hicieron móviles. TGI Fridays lanzó el «food truck tour» que incluyó 20 ciudades.

Incluso Starbucks lanzó su «Frappuccino truck» en forma temporal, donde residentes de Los Angeles tuvieron la posibilidad de tomarse uno en cualquier esquina. IKEA salió a dar vueltas por Chicago y Nueva York el verano pasado en el camión #TogetherWeEat, una opción móvil que ofrecía a la gente tomarse un momento del día, recibir una comida gratis, y sentarse en áreas amuebladas por la tienda sueca.

El Nutella Truck incursionó en el «tour desayuno», donde otorgó 5000 potes de su famoso chocolate con avellanas en un itinerario de 12 ciudades, entre ellas Atlanta, San Francisco, Nueva York, y New Orleans.

Las nuevas tecnologías han sido un disparador del negocio. La cadena de fast foodChick fil-A vende en determinadas esquinas, y sus seguidores en su cuenta de Twitter reciben día a día la ubicación del camión. Incluso no tardaron en aparecer aplicaciones que rastrean el mapa de trucks al instante: Streetfoodapp.com o Roaming Hunger.

Si bien las grandes cadenas salieron a dar batalla -y algunas fracasaron-, su participación porcentual es de entre el 4 y 6% según la Asociación Nacional de Restaurantes de los Estados Unidos. En el país de las grandes corporaciones, al momento no existe ninguna compañía con un market share dominante.

Negocio sobre ruedas

1200 potencial

Es el monto en millones de dólares en el que está valuada la industria de los food trucks en los Estados Unidos, de acuerdo con la medición del instituto Statistic Brain.

4130 oferta en alza

Son los camiones que están registrados en el mercado norteamericano, con una oferta muy amplia de producto que incluye desde fast food hasta propuestas gourmet.

Fuente La Nacion

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