sábado, abril 20, 2024

Bienvenido segundo semestre

Cumplidos los 6 meses de Gobierno, hay señales de mejora y de preocupación con respecto al desarrollo de la economía. Desde Cultura Inve$t, analizamos junto a cuatro economistas la situación actual, la proyección al segundo semestre y también al 2017.

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Mejora en el bolsillo La devaluación y la alta inflación, junto con el retraso en el cierre de las paritarias, produjeron en este primer semestre una pérdida del salario real. Durante el segundo semestre se espera que mejore el poder adquisitivo, pero no queda claro en qué medida. Los economistas consultados coinciden en que cualquier mejora que hubiera se dará de forma moderada y equilibraría la caída del 1er semestre, esperando terminar empatados a fin de año, en el mejor de los casos.

Según Marina Dal Pogetto, economista y Directora Ejecutiva de Estudio Bein y Asoc, comparado con el año pasado, en el 2do semestre no mejoraría el bolsillo de la gente, aunque contrastado con abril y mayo de este año, habría una mejora. Dal Pogetto agrega: «De noviembre de 2015 a mayo de 2016 hubo una inflación mensual por arriba del 4% y para el segundo semestre se espera que baje a 2% promedio mensual».

En esto también coincide Gastón Rossi, ex Vice Ministro de Economía, quien asegura que: “El piso del salario real fue en abril-mayo. A partir de ahora debería recomponerse, aunque no de forma abultada”. Además, Rossi señala que el pago de la sentencia de casi 2 millones de jubilados, en términos de stock, es un punto del PBI que se estaría incorporando.

Eric Ritondale, economista de Econviews, explica que en este primer semestre sucedió algo parecido a lo ocurrido en el 2014. «En aquel entonces el traspaso a inflación fue mayor por devaluación y en este caso es más por tarifa, pero en general las pérdidas de poder adquisitivo real fueron muy parecidas», afirma Ritondale.

Desde un lugar menos optimista aún, José Castillo, economista investigador de la UBA e integrante de EDI (Economistas de Izquierda), no ve elementos concretos reactivantes en el segundo semestre ni en el 2017. “En relación al bolsillo de la gente, veo oportunidad en inversiones frente a colocaciones productivas. Si una persona decidiera invertir sus ahorros pequeños o medianos no recomendaría poner un negocio, sino invertir en herramientas financieras como los LEBACS, LETES o bonos. Estos dos polos, el financiero y el productivo, necesarios para un crecimiento genuino, no se están juntando y no creo que se junten en el futuro inmediato”, comenta Castillo.

Sectores + Sectores – Dentro de los sectores más castigados en este semestre, podemos señalar dos. Uno de tipo exportador y otro interno. Todos coinciden en señalar que los sectores exportadores ligados al comercio con Brasil, como el automotriz, cayeron muchísimo en volumen, producto de la crisis económica e institucional que vive el país hermano. Brasil absorbe el 50% de nuestras exportaciones y no se vislumbra alguna mejora en el corto plazo. Rossi señala que siempre que a Brasil le fue mal, Argentina no creció o entró en recesión, salvo excepcionalmente en dos oportunidades de los últimos 50 años.

En el ámbito doméstico, venimos de una economía fuertemente atada al consumo interno. Si bien los últimos años fueron de estancamiento, frente a una retracción del mercado interno -producto de la pérdida del poder adquisitivo real y la suba generalizada de tarifas de servicios públicos-, todo lo relacionado con los comercios minoristas (retail) tuvieron un doble golpe. Por un lado, aumentaron significativamente los gastos fijos en alquiler y servicios y, por otro lado, cayó la demanda del público, que priorizó el pago de los servicios básicos y tuvo que hacer frente al fuerte aumento de los alimentos, sin que las paritarias hayan acompañado.

Apertura de importaciones El Gobierno autorizó el ingreso de algunos productos, sin abrir de forma plena la economía. La apertura es un arma de doble filo que hay que saber administrar para no afectar el comercio y el empleo. De todas formas, Eric Ritondale afirma: “este es un Gobierno que, a pesar de la sensación de muchos, es moderado y no permitió el nivel de apertura en las importaciones que uno desearía para generar precios, controlar la inflación y controlar situaciones de abuso”.

En contraste, José Castillo se opone a la apertura de importaciones, asegurando que para la industria textil, del juguete o del calzado, sería casi de knock out. En forma más moderada, Rossi señala: “No ir a una apertura de las importaciones protege el empleo pero tiene un costo inflacionario. La apertura de las importaciones va a estar atada a cómo se maneje el tipo de cambio, que hoy ya vuelve a estar apretado a pesar de la última devaluación”.

En una economía cerrada como la que se heredó, hay que ser muy sensatos. Una apertura irrestricta profundizaría la recesión, pero también continuar con la política de Moreno genera distorsión de precios en el mercado e inflación. El Gobierno optó por un camino intermedio y de prudencia, que pareciera ser el correcto, aunque aún no se ven resultados concretos de crecimiento.

Por ahora, los tiempos de mejora de la economía no se verán en los próximos 6 meses. Todo indica que a partir de 2017, los indicadores económicos -de la mano de una inflación que debería mermar permitirán mejorar las expectativas de la sociedad.

La mejora en los bolsillos será un repunte muy paulatino. Van a tener que pasar varios meses para que el salario real crezca y permita que la actividad económica vuelva a ser la protagonista.

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