jueves, marzo 28, 2024

¿Cuándo levantamos vuelo?

En 2018 se plantea el desafío de crecer por segundo año consecutivo, situación que no se da desde 2011. Si bien las estimaciones oscilan entre 2 y 3 puntos de crecimiento, los analistas son cautos con respecto a la velocidad de recuperación y coinciden en que el gradualismo necesita de tiempo y paciencia.

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CRECER Y BAJAR EL DÉFICIT

El grave problema fiscal heredado dejó sin mucho margen al actual Gobierno. Según Gastón Rossi, Director del Banco Ciudad por Evolución, “el macrismo heredó una situación fiscal compleja, teniendo minoría en ambas Cámaras. No le quedó otra alternativa que aplicar un sistema gradualista financiado con deuda pública”.

Por otro lado, Iván Carrino, economista y consultor, señala: “no hay reducción del déficit fiscal sin endeudamiento. No fue necesariamente una decisión del Gobierno ser gradualistas; el mercado con las tasas bajas y la Argentina con un ratio de deuda/PBI con el sector privado bajo, lo llevó hacia allí”.

Las alternativas para paliar el déficit son dos: emitir como el anterior Gobierno o endeudarse.

El Gobierno no puede emitir si quiere bajar la inflación. Queda sólo el segundo camino. Esto deja a la Argentina vulnerable en el frente internacional ante la suba de tasas, que encarece el endeudamiento y afecta el crecimiento.

El Gobierno no puede emitir si quiere bajar la inflación. Queda sólo el segundo camino. Esto deja a la Argentina vulnerable en el frente internacional ante la suba de tasas, que encarece el endeudamiento y afecta el crecimiento.

CRECER Y BAJAR LA INFLACIÓN

El cambio de metas para 2018 anunciado el año pasado, si bien sinceró un número más acorde a las expectativas del mercado, tuvo reacciones diversas de los especialistas.

Según Federico Furiase, master en Finanza y Director de Estudio Eco Go, “estuvo bien subir la meta de la inflación para no tener un Banco Central ansioso con bajar la inflación y adecuarlo mejor al gradualismo fiscal, pero no tuvo buen timing la velocidad con que se bajó la tasa de interés.

Esto le hizo perder credibilidad”. Y agrega: “calculamos 20,3% la proyección de inflación anual a diciembre, consistente con paritarias en 19% de aumento, dólar de $22,50 a fin de año y tarifas aportando 3.5 puntos a la inflación”.

Por otro lado Carrino sostiene que “el Gobierno entendió que necesita tener 2 años seguidos de crecimiento, de ahí la baja en la velocidad del descenso inflacionario”, y continúa: “si los gremios cierran por debajo de la inflación, es otra forma de paliar el déficit, porque se licúan los salarios.

No es la manera más honesta de hacer el ajuste, pero es lo que te permite la restricción política”.

CRECER
Todos los analistas coinciden en que el crecimiento a tasas chinas son cosa del pasado y que además es mejor un crecimiento menor, alrededor de los 3 puntos de PBI, pero sostenido.

Furiase cree que “para que el gradualismo fiscal llegue a buen puerto, se necesitan tres condiciones: achicar el déficit 1 punto por año, crecer a 3% aproximado por año y mantener un costo de la deuda en torno al 4.5%.Se puede llegar al 2021 con un ratio de la deuda pública por debajo del 40% del PBI. Nosotros tenemos proyectado que vamos a crecer al 1.8% en 2018, porque los salarios van a estar apretados con la inflación, la sequía en el campo hace que la cosecha reste entre 0.5 y 1 punto de crecimiento del producto, y el contexto de suba de tasas de EE.UU. que aumenta el costo financiero”.

Esto nos pone en situación de un crecimiento por debajo de los 3 puntos, pero sería la primera
vez en 7 años que crecemos dos años seguidos.

Según Rossi, “levantamos vuelo pero bajito. En 2016 hubo una recesión; en 2017 crecimos 2.8%,
recuperando todo lo perdido en 2016. Si bien hay señales de cierto amesetamiento, la economía si-gue creciendo y –según mi consideración– para 2018 creceremos cerca del 2%”.

Para Carrino, “en 2017 la economía ha pasado a un proceso gradual de recuperación: hubo recuperación de la actividad, del salario, del empleo y una baja en la inflación” y a pesar de nuestra vulnerabilidad financiera en la necesidad de endeudamiento “en términos de economía real 2018, es buena señal el crecimiento en Brasil”, concluye.

Dentro del plan del Gobierno, el crecimiento está atado al delicado equilibrio entre la tasa de en
deudamiento, la baja de la inflación y la baja del déficit. Si bien gran parte de la deuda contraída para paliar el déficit de 2017 fue emitida antes de la suba de tasas, queda otra parte a resolver en el
mercado local.

De acuerdo a Furiase, “el Gobierno tiene que buscar el financiamiento que queda en el mercado local de pesos, y para esto es muy importante que el Banco Central tenga espacio para bajar la tasa de Lebacs y la liquidez de los bancos permita financiar buena parte del crédito al sector privado en pesos. Este será el amperímetro de crecimiento, el crédito al sector privado, porque los salarios van a estar muy cerca de la inflación”.

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